El otro día me sorprendí contando varias anécdotas de situaciones divertidas que me habían ocurrido dando clase de Yoga, a lo que una alumna me respondió que lo mío ya era vicio, así que me he decidido a compartir con vosotros mis batallitas. Qué no se diga que en Yoga no hay momentos para la risa y para reírse de uno mismo.
Podemos clasificarlas en 3 tipos (por el momento); "Cortocircuito", "Posesión" y "Lo que no me pase a mi..."
Cortocircuito
Como muchos profesores de Yoga yo no me dedico en exclusiva a impartir clases. Por la mañana trabajo en el departamento de RR.HH. de una empresa y por las tardes me pongo el traje de yogui. Os cuento esto porque en ocasiones mi mente dividida ha hecho cortocircuito.

* Algunos días estoy cansada y se me mezclan las palabras, digo manos en lugar de pies, piernas en lugar de brazos, techo en lugar de suelo... no parece muy grave pero si tienes en cuenta que mis alumnos son muy obedientes se pueden crear algunas posturas un tanto...imposibles. "Apoyamos la cabeza en el techo", "colocamos los pies en la zona lumbar", "pies entrelazados detrás de la cabeza"...
* Volviendo al hecho de que mis alumnos son muy obedientes, os cuento que para aflojar las tensiones, en la sesión indico la retención de la inspiración."Inspira, retén el aire con los pulmones completamente llenos.........................................................................Suelta" Siento que el tiempo se ralentiza y tardo algo más en indicar la espiración. Se escucha un fuerte resoplido general y los alumnos tienen cierto colo morado en las mejillas.
Posesión

Lo que no me pase a mi...
* La anécdota estrella es cuando me quemé el pelo con una vela en clase... En fin, cuando hacíamos las últimas posturas de la sesión, vela, pinza, pez...colocaba unas velitas alrededor de mi esterilla para ir creando un clima de mayor interiorización.

Estás son algunas de mis batallitas, te invito a compartir las tuyas como alumno o profe.
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