sábado, 9 de febrero de 2013

Yoga en pareja

Cuando pensamos en Yoga en pareja es posible que imaginemos que son 2 personas realizando una postura al mismo tiempo o una acrobacia...sin embargo es mucho más...
Es una respiración, una asana y una meditación creada por dos personas en unión.
Al practicar Yoga de forma individual buscamos la unión en nosotros mismos, pero cuando lo hacemos en pareja tratamos de sentir nuestra unión junto con la del otro. Por este motivo para empezar una sesión es importante dedicar un tiempo para integrar la presencia del otro, para identificarlo como parte de ti, sintiendo que compartes un mismo espacio, momento y prana que os envuelve. Desde este momento las dos personas comienzan a respirar al mismo ritmo de forma natural creando el punto de conexión desde el que se puede empezar la sesión.

Al practicar posturas en pareja te das cuenta de cómo la compañía del otro te ayuda a intensificar y potenciar la asana, al mismo tiempo que se siente mucho menos esfuerzo, por lo que puedes acceder más fácilmente a la actitud meditativa en la postura.
Podemos encontrar diferentes tipos de asanas en pareja:
Asanas simétricas: Las dos personas realizan la misma postura al mismo tiempo siendo una soporte y apoyo de la otra creando una imagen simétrica.
En la imagen tenemos una asana de equilibrio en la que se aumentas los puntos de soporte. Uno encuentra el equilibrio en el otro de manera que ambos pueden mantenerse concentrados y presentes.





Asanas complementarias: Las dos posturas son diferentes, sin embargo una compensa a la otra.
En la imagen una de las chicas realiza la postura del Camello y la otra el Perro de forma que el arco lumbar se complementa con la redondez de los glúteos de la compañera.



Asanas de ayuda: Uno ayuda al otro poniendo sus manos, pies o cualquier otra parte de su cuerpo sobre un punto clave de la postura que realiza la pareja para que lo sensibilice.
En la imagen uno realiza la Montaña y su pareja empuja las caderas de forma que se extienda la columna.



 Como en una relación de pareja, es muy importante la conexión con el otro, la escucha, comprensión y comunicación para buscar el equilibrio entre las diferentes fuerzas y ritmos. Lo hacemos sintiéndonos en la postura y sintiendo cómo respira, se tensa, y fluye el compañero de manera que podamos graduar la intensidad, aflojar, ceder y sostener en función del momento.




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