miércoles, 15 de agosto de 2012

Vivir Ahimsa

El Ashtanga Yoga propone 8 pasos para llegar a Samadhi, como si fuera la descripción del camino de un Ser Humano que quiere desarrollarse como Persona a través de los principios del Yoga.

En el primer paso encontramos los Yamas que son principios éticos en relación a la actitud que tomamos ante lo que nos rodea.  Existen 5 Yamas que iré describiendo en detalle en cada post de manera que podamos trasladar su significado a la vida que nos toca vivir.

El primer Yama es Ahimsa y se entiende como "no dañar / no perjudicar" aunque habitualmente se expresa como la "no violencia". Esta expresión de Ahimsa no es del todo correcta ya que un acto violento puede ser positivo en algunas circunstancias como en situaciones en las que es necesario para salvar la vida de otra persona o que ésta tome consciencia y se produzca el cambio interno.


Un acto dañino puede estar dirigido hacia uno mismo a través de un diálogo interno negativo, autocrítica, el castigo del cuerpo a través de una mala alimentación, consumo de sustancias, no permitir el descanso...y también se dirigen hacia los demás (personas, animales...) en forma de agresión física directa, una comunicación negativa, omisión de acciones que provocan perjuicio y pensamientos de odio hacia el otro. 

Si hasta los pensamientos se consideran un acto de daño o perjuicio el cambio no debe producirse sólo a un nivel superficial de la conducta observable si no que es necesario un trabajo más profundo que permita la liberación de los impulsos. Para neutralizarlos es necesario reconocer en nosotros esa pulsión interna y comprenderla en todo detalle para controlarla y poder emanciparnos de ella.

Para vivir Ahimsa vamos a empezar reconociendo en qué situaciones, ante qué personas y de qué manera se manifiestan nuestros actos dañinos hacia nosotros o los demás y pondremos los medios necesarios para poder liberarnos de ese impulso.

Por ejemplo, si tu comunicación hacia ciertas personas es desagradable, hiriente...observa qué ocurre dentro de ti antes, durante y después de decir algo negativo al otro. Sin falsearte la información descúbrete y mantente abierto a la experiencia del cambio. También puedes observar los pensamientos que te dedicas y  que circulan por tu mente como un disco rayado.

Cuando empezamos a observar y a reconocer en nosotros la existencia de estos actos, pensamientos o palabras ya estamos empezando a vivir el Ahimsa, nos hacemos conscientes de nuestra naturaleza humana en su globalidad sin despreciar lo negativo que convive con nosotros.



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